Las apuestas de valor son difíciles de encontrar.

Los apostadores usan una serie de métodos diferentes para elegir las apuestas que hacen.

Para algunos es sólo la experiencia, otros siguen sus intuiciones, o pueden apostar por su equipo o jugador favorito. Y muchos apuestan casi al azar, lo que equivale a jugar a la lotería.

Sin embargo, muchos apostadores rentables utilizan un software sofisticado con grandes bases de datos de resultados pasados, pueden calcular estadísticas, modelar los resultados, (o seguir las recomendaciones de los tipsters que utilizan estas herramientas).

Y los más avanzados pueden incluso utilizar Algoritmos de IA o Machine Learning para encontrar apuestas de valor.

Por último, también hay otros métodos de Apuestas de Valor que consisten en comparar las probabilidades entre las casas de apuestas soft y las casas de apuestas sharp para buscar valor.

Profundizaremos en estos métodos en futuros artículos.

¿En qué difieren los métodos para apuestas deportivas?

Si ordenamos los «métodos» desde los menos hasta los más sofisticados, los ordenaríamos de la siguiente manera:

Menos sofisticado <–> Más sofisticado

Aleatorio < Sentimientos < Intuición < Experiencia < Estadísticas < Modelos < Inteligencia Artificial

Es muy probable que las casas de apuestas usen varios de estos métodos para establecer sus probabilidades, así que si queremos ganar, deberíamos utilizar las mismas armas.

Nuestra ventaja es que podemos elegir cuándo apostar o no, mientras que ellos deben ofrecer cuotas para casi cualquier resultado posible.

Ellas tienen que repartir sus recursos a través de un volumen masivo de mercados para seguir siendo competitivos y rentables en sus luchas entre casas de apuestas.

Nosotros podemos usar nuestros recursos en cualquier mercado que elijamos.

«To Bet Or Not To Bet» (El dilema del apostador)

En primer lugar quiero manifestar todo mi reconocimiento a los tipsters que con estas herramientas: intuición, observación, estadísticas… hacen sus predicciones. Hay quien dice que es talento, o quien dice que es suerte, pero yo pienso que detrás de sus recomendaciones hay muchísima paciencia y trabajo.

A continuación vamos a comparar ambas metodologías a través de sus ventajas e inconvenientes.

Un tipster, como cualquier humano, tiene aversión a las pérdidas, o cuando gana, puede sufrir un exceso de confianza. Esta aversión a las pérdidas, provoca muchas veces que los tipsters que han obtenido buenos resultados, reduzcan su tamaño de apuesta para, inconscientemente, no perder lo ganado. Es lo que se podría llamar «catenaccio» en las apuestas.

Sin embargo, un método de inteligencia artificial no tiene emociones. Cuando gana le da igual, cuando pierde le da igual. Sólo quiere maximizar la relación beneficio/riesgo.

Probando su método

Una de las razones de la robustez de los métodos de AI es que se pueden hacer backtests. Podemos hacer simulaciones de qué apuestas habríamos hecho los últimos dos años.

Sin embargo, para un tipster es muy difícil decir: «si cambiase mi criterio o mi método para apostar, ¿qué apuestas habría hecho los dos últimos años?». Prueban su método en tiempo real, y muchas veces la varianza puede hacerles tomar decisiones equivocadas.

Yield Vs Volumen

En cuanto al yield o beneficio por volumen apostado, los tipsters suelen obtener valores elevados, ya que eligen pocas apuestas en las que están muy seguros de que van a obtener valor.

Por contra, un algoritmo que intenta maximizar el beneficio, puede elegir cuotas con poco valor en el proceso. Es un criterio que debe fijar quien programa los algoritmos de AI, pero normalmente se aceptarán apuestas aunque tengan poco valor para maximizar el beneficio obtenido.

Tipos de datos

Sobre la calidad y cantidad de información, un tipster humano es capaz de procesar información muy variada. Elementos como el estado de forma, lesiones, motivación, psicología del jugador o equipo, son cuestiones que puede tener en cuenta con su «red neuronal natural».

Los algoritmos de IA normalmente solo usan resultados pasado e incorporan algún dato que sea fácil de modelar como las lesiones o cansancio, pero es muy difícil que entiendan algunos aspectos del deporte como el estado anímico o concentración de jugadores o equipos. Sin embargo, la cantidad de información que tratan es muchísimo mayor. Toda la disponible. Y en esta época de la información, es relativamente fácil obtener gran cantidad.

Como consecuencia del gran número de apuestas que puede recomendar un algoritmo, la influencia de la varianza es menor, o lo que es lo mismo, el largo plazo se alcanza antes en el tiempo. Un tipster, con decenas o unos cuantos cientos de apuestas al mes, tardará probablemente años en alcanzar un número de apuestas con el que la varianza le afecte poco, si es que antes no ha cambiado de método, se ha cansado, o se ha desanimado.

Los humanos somos «buenos» distinguiendo probabilidades cercanas al 50%. Saber si un resultado es algo más probable que otro, es más fácil que estimar probabilidades muy altas o muy bajas. Por ello, los tipsters se suelen especializar en rangos de cuotas estrechos y muchas veces son cercanos a 2. Por ello los Asian Handicaps o los Over/Under tienen tanta liquidez.

Un algoritmo, si es preciso, es capaz de estimar probabilidades altas, medias o bajas, y por eso los rangos de cuotas en los que encuentran valor son muy amplios.

Calculando las Cuotas Mínimas Rentables

Finalmente, gracias a esa precisión en la estimación de probabilidades, es posible estimar las «Minimum Profitable Odds» y un tamaño de apuesta que optimice la relación beneficio/riesgo, empleando formulas como la de Kelly.

Un tipster tiene muy difícil estimar las «Minimum Profitable Odds», y suele usar tamaño de apuesta constante porque no conoce el valor exacto de su apuesta. Algunos sí que lo hacen, pero es muy difícil hacerlo bien, y si es así, tiene un mérito enorme. Para ello, es recomendable que el tipster estime las probabilidades sin ver las cuotas de las casas, para evitar el efecto ancla.

Conclusión Tipsters vs Algoritmos para Apuestas Deportivas

Ambos métodos tienen grandes diferencias, pero pueden ser rentables igualmente.

Lo único importante es apostar a cuotas con valor, cuantas más mejor.